Sergio-Pini


Con más de 30 años en el rubro de las Telecomunicaciones, durante mi carrera laboral trabajé para muchas empresas proveedoras de servicios; tuve la oportunidad de recorrer toda la Argentina, además de algunos lugares de Paraguay y Brasil. Distintos escenarios, cientos de proyectos concluidos y la enorme responsabilidad de llevar adelante nuevos proyectos, coordinar equipos y responder por los resultados.

Como la mayoría de los argentinos, padecí las penurias de las crisis económicas y sociales en nuestro querido país… Fui testigo de cómo empresas multinacionales que habían obtenido enormes ganancias en millones de dólares, de un mes al otro, despedían trabajadores, cercenaban derechos laborales y aplicaban los más salvajes esquemas de tercerización. Precarización laboral y pérdida de derechos: un factor común ante las crisis y la falta de previsión, pero además una respuesta previsible en algunos escenarios.

Tengo formación técnica de origen, ya en edad adulta estudié Abogacía en la Universidad de Buenos Aires y me especialicé en Derecho Laboral, Colectivo y de las Telecomunicaciones. Considero muy importantes la experiencia, los principios, las convicciones y la voluntad de cambiar las cosas. También creo que es fundamental para desempeñar cualquier función la instancia de la formación, porque es lo que nos brinda las herramientas necesarias para conseguir los mejores resultados.

Me afilié a UPJET en el año 2008, y desde ese momento me comprometí con las causas de los Jerárquicos que a partir de ese año pasaron a ser propias. En 2016 emprendimos un camino lleno de obstáculos, condicionados por las deudas y compromisos asumidos por la gestión anterior. Avanzamos con mucho trabajo y honestidad, pero al poco tiempo nos encontramos con personas que sólo priorizaban su interés personal por encima de lo colectivo: mandantes de intereses foráneos, dispuestos a cualquier cosa, incluso dispuestos a mentir abiertamente a los compañeros, sólo para generar daño.De eso no se vuelve.

Tengo siempre presente las palabras de mi padre y su ejemplo: la palabra empeñada y la obligación inquebrantable de su cumplimiento. No existía la necesidad de firmar un contrato y de exigir garantías, tan solo la palabra y un apretón de manos alcanzaba. Cuando veo a dirigentes dispuestos a mentir a sus compañeros con una finalidad política, pienso que simplemente es lamentable. ¿Qué tipo de representación van a ejercer esos dirigentes si la mentira es la base de su propuesta electoral?

Soy parte de una nueva conducción, un espacio para la construcción colectiva, perseverante en el rumbo y con una claridad absoluta respecto de los principios y derechos que defendemos.Tenemos la responsabilidad de construir un sindicato fuerte, representativo y federal, que nos acompañe durante nuestra vida activa y nos albergue cuando nos jubilemos, un sindicato Jerárquico al servicio de los Jerárquicos.

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