“Sin embargo, producir tres antígenos independientes es muy caro porque tiene el costo de tres vacunas, entonces pensamos en ponerlos dentro de una sola molécula a través de ingeniería genética. Eliminamos las partes que ‘distraen’ la respuesta inmune de su principal función, que es matar al patógeno. Para unir las porciones de los compuestos usamos una conexión que pertenece a otra molécula importante de T. cruzi que se llama Transialidasa y formamos esa quimera. Se llama así porque es como esos monstruos mitológicos que se formaban con partes de distintos animales”, aporta el experto.
Probaron la Transpaína en ratones con un producto de origen bacteriano que tiene propiedades adyuvantes, llamado c-di-AMP, empleando parásitos fluorescentes. Midieron la replicación parasitaria en el sitio de infección, y observaron que los animales que recibieron la vacuna (Transpaína y el nuevo adyuvante) era capaces de controlar rápidamente la carga parasitaria. Los animales vacunados presentaban niveles menores de concentración de parásitos en sangre. Finalmente, la vacuna logró disminuir los parámetros de daño analizados durante la fase crónica de la infección, “lo que permite especular acerca de su capacidad de prevenir la patología de la enfermedad”.
Concluye el líder del equipo: “la ventaja de usar una quimera en lugar de tres antígenos separados para una vacuna es principalmente racional y económica, ya que reduce los costos de producción a un tercio. Sería interesante pasar a etapas de desarrollo que son muchas y muy largas, y para las cuales se requiere financiación”.
Justamente, la financiación en Ciencia es un tema que no ha finalizado. Este miércoles a la mañana, los científicos se movilizarán al Ministerio de Ciencia, en Santa Fe y Godoy Cruz, “por la reincorporación de los despedidos del Conicet”. Así lo anunciaron los trabajadores científicos nucleados en Jóvenes Científicos Precarizados (JCP). Ese día se reunirá la Comisión Mixta de Seguimiento, que es la instancia de negociación entre los investigadores y las autoridades que se estableció con el acta-acuerdo firmada en diciembre, encargada de garantizar los 500 puestos laborales para los trabajadores despedidos que debían ingresar a la Carrera de Investigador: “una mesa que tanto el Ministro Barañao como el presidente del CONICET Alejandro Ceccatto vienen ninguneando”, afirmaron.
Recientemente, el Directorio del Conicet redujo las vacantes de los ingresos a carrera en más del 50%, otorgando tan sólo 450 ingresos contra más de 900 de años anteriores. “Esto se suma al recorte de más del 20% en las becas, el incumplimiento en otorgar becas extraordinarias a 107 compañeros alcanzados por el acta-acuerdo firmada en diciembre y la discriminación que sufren científicos extranjeros cuyo ingreso al CONICET está frenado por el Ministerio de Modernización, sin que la institución haga nada por ellos”, sostiene JCP.
El ajuste será mayor al 50% en los ingresos a la Carrera de Investigador para la convocatoria actual, porque hasta ahora había tres convocatorias de ingreso a carrera (general, repatriación y temas estratégicos), y ahora fueron unificadas en una sola convocatoria: dentro de las 450 vacantes estarán las de repatriación (un promedio anual de 70 en años recientes) y las de temas estratégicos, que hasta ahora tenían cupo propio.