Entre debates sobre economía, choripanes y mafias, comenzó la “guerra de relatos” por la legitimidad del paro

04, abril 2017 / Sec. General / 0 comentarios

04-04-2017 El Gobierno, tras la multitudinaria marcha del sábado, encontró nuevos argumentos para tratar de deslegitimar el paro de este jueves y calificarlo como una movilización con finalidad política. La CGT responde con los números de la economía en la mano, pero tratando de tomar distancia de la oposición

Luego de haber “empatado el partido” con la sorpresiva y multitudinaria manifestación del sábado, el Gobierno se lanzó a la ofensiva para ganarle al sindicalismo y a la oposición en la cancha mediática.

Su objetivo no es chocar contra la CGT, pero sí deslegitimar el paro del próximo jueves 6 y reforzar el argumento de que resulta extemporáneo convocar a esa protesta justo en momentos cuando la economía empieza a dar señales de recuperación.

Entonado por el apoyo en la calle, Macri se valió de algunas de las frases escuchadas el sábado para afirmar que su lucha contra las mafias” incluye al sindicalismo.En esta renovada “guerra de relatos“, la estrategia oficial consiste en resaltar noticias que permitan ratificar que lo peor de la crisis ya quedó atrás y que ahora se está transitando el camino de la recuperación.

En esta dirección se enlistan, por ejemplo, desde los más de u$s100.000 millones del exitoso blanqueo hasta la nueva edición del foro internacional de negocios, conocido como “mini Davos“.

Macri ya dejó en claro esta línea argumental el lunes, en el marco del anuncio de un plan de alivio impositivo con el que apunta a relanzar la industria de la construcción.

Tras expresar su confianza sobre el rumbo económico y enfatizar que ya se observan mejoras en varias ramas de actividad, el Presidente le dirigió un mensaje directo a Gerardo Martínez, líder de la UOCRA (construcción).

“Lamento que se adhiera al paro, un paro que va a costar más de $15.000 millones“, le dijo Macri al sindicalista, uno de los asistentes al acto en Casa Rosada.

Quedó en evidencia que el Presidente intenta alcanzar cierto equilibrio. Esto es, criticar la decisión de la huelga pero sin romper con la CGT, en una demostración de que existe un ala dialoguista.

Más bien, la impresión en el ámbito político es que el macrismo ahora trata de ahondar la fisura interna del sindicalismo, distinguiendo entre los bien-intencionados y aquellos que, deliberadamente, “ponen palos en la rueda“.

“Respeto la decisión de hacer un paro el próximo jueves, pero no la entiendo. No ayuda en nada a los trabajadores“, insistió. En todo momento, el mandatario exhibió la “reválida” que para el Gobierno implica la manifestación del sábado pasado.

Esa multitud de ciudadanos de clase media que se autoconvocaron y colmaron Plaza de Mayo, “sin colectivos ni choripán”, tuvo una inequívoca interpretación por parte del Ejecutivo: no sólo las políticas oficiales gozan del apoyo de buena parte de la sociedad sino que, además, polarizar con el kirchnerismo otorga rédito político.

A fin de cuentas, las consignas más coreadas no fueron tanto las de apoyo a Macri sino las de rechazo a Cristina Kirchner y a las figuras destacadas de la oposición, incluyendo al ascendente sindicalista Roberto Baradel.

En consecuencia, la línea de comunicación gubernamental se centró en que la huelga de este 6 de abril fue instigada por opositores que quieren utilizar el aparato sindical con fines desestabilizadores.

En esa dirección, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, aseguró que el paro está signado por la política y lo vinculó con el kirchnerismo: “Cristina Kirchner quiere voltear este Gobierno“, acusó.

Otro dirigente que se expresó de modo similar fue el titular de la cartera de Interior, Rogelio Frigerio: “El paro no ayuda, no contribuye, porque es la última instancia”.

“Es un día que se pierde para la producción”, analizó, al tiempo que afirmó que “el diálogo con la CGT se mantiene, no se cortó”.

El equilibrio de la CGT
En la vereda de enfrente, el triunvirato de la CGT también encara su propio desafío por mantener un equilibrio.

 

Por una parte, debe justificar el paro sin parecer “blando” ante los sectores más radicalizados del sindicalismo. Esos que antes le habían reprochado la demora en fijar una fecha y luego lo criticaron por haber convocado a “un paro dominguero” sin acto político.

Pero, al mismo tiempo, tomó nota de que hay un sector importante de la sociedad que está manifestando explícitamente su apoyo al Gobierno, que confía en las políticas oficiales y que expresa su rechazo a la metodología tradicional de protesta sindical y piquetera.

Fue notorio el esfuerzo de algunos gremialistas por desmarcarse de las lecturas descalificadoras a la convocatoria del sábado.

Entre ellas, las formuladas por el kirchnerismo, que hizo referencia a que la marcha no fue otra cosa que una demostración “oligárquica” de porteños de zona norte en la que se evidenció el “odio de clase“.

Por caso, Héctor Daer la calificó como “importante” y se diferenció de las consignas escuchadas el 24 de marzo en las que se equiparaba al macrismo con la dictadura militar de los años ’70.

“No creemos que el gobierno de Cambiemos sea una Dictadura. Sólo estamos discutiendo si este rumbo genera más vulnerabilidad social o no”, expresó.

“Con caída del empleo, menos poder de compra y productos importados sacándole espacio a los nacionales, creemos que el camino no es hacia la pobreza cero sino el inverso. Es ahí donde planteamos rectificaciones”, dijo el sindicalista y diputado massista.

En los debates de estas horas no podía estar ausente la controvertida frasede Macri referida al choripán ni -en un sentido más amplio- si una marcha motorizada por un aparato organizativo pierde autenticidad” respecto de otra en la que el público se autoconvoca.

“No se puede decir que otras personas vinieron (a protestar en Capital) por un choripán o traídas en micro, ya que muchas, por su situación social, no podrían llegar si no se las ayuda”, argumentó Daer.

A su turno, otro triunviro de la CGT, Juan Carlos Schmid, defendió la legitimidad de la metodología sindical de movilización: “Ponemos los colectivos y toda nuestra estructura de apoyo. No nos molesta que nos digan eso”, señaló.

“Nos movilizamos porque la gente viene detrás de las organizaciones sindicales ya que, a lo largo de la historia, le han resuelto los problemas. Es un instrumento de defensa”, añadió.

“Uno se siente orgulloso, no está haciendo nada malo. Ese aporte económico y ese gasto lo ponen los sindicatos confederados. No tenemos que rendir cuentas ni al Ejecutivo ni a ningún sector de la sociedad”, destacó Schmid.

Brotes verdes y noticias del frío
La “guerra de relatos” se recalienta en la medida en que la fecha del paro se acerca. Y, como suele ocurrir, ambas partes sienten que el argumento ganador, en definitiva, tendrá que ver con el bolsillo.

Por lo pronto, hay una batería de datos que contribuye a reforzar cualquiera de las dos versiones.

Quienes se sienten cerca de Macri observan a su alrededor cada vez más “brotes verdes“, como la recuperación del mercado inmobiliario y el repunte en las ventas de motos y autos.

Estos dos últimos rubros dan cuenta (de forma transversal) del inicio de una mejora de la actividad, ya que abarcan tanto al campo como a la clase media.

La cantidad de 0km patentados creció 36% en marzo (respecto del mismo mes del año pasado) y un 42,5% si se compara el primer trimestre. En el caso de las motos, esas cifras son 53% y casi 55%, respectivamente.

La dinámica de la obra pública también es motivo de festejo en el “palo” oficialista. El Gobierno acaba de anunciar la construcción de 100.000 viviendas bajo el paraguas de un acuerdo multisectorial que involucra a la UOCRA y a los principales desarrolladores.

Se trató del tercer convenio de este tipo, luego de los rubricados con el sector petrolero y automotor.

El plan contempla una inversión de $150.000 millones y está orientado a familias con ingresos de hasta $64.000 mensuales. Apunta a generar 100.000 puestos de trabajo.

En cuanto a la pavimentación de rutas, el mes pasado se registró un fuerte crecimiento en la demanda de asfalto (126%).

En lo que se refiere al campo, los principales fabricantes de maquinaria agrícola dan cuenta de mayores ventas, a partir de importantes pedidos de sembradoras, cosechadoras y tractores.

Por el lado del mercado inmobiliario, resultaron muy auspiciosos los últimos registros correspondientes a Capital.

La cantidad de escrituras aumentó cerca de un 60% en febrero respecto del mismo mes del año previo (casi 200% más si se mide en monto) producto, en gran medida, del éxito del blanqueo, que habría alcanzado los u$s130.000 millones.

En base a cifras del Ministerio de Trabajo, el Gobierno sostiene que la pujanza que ha comenzado a mostrar la actividad económica ya se evidencia en el circuito laboral.

Las estadísticas dan cuenta de 86.000 nuevos puestos, aunque, vale aclararlo, buena parte se vincula a empresas públicas y a las altas de monotributistas.

Así como hay buenos indicadores, también hay de los otros. Los más críticos hacen hincapié en que desde que asumió Macri la caída del poder adquisitivo volteó el consumo masivo.

Las ventas en supermercados se mantienen en descenso, tanto en alimentos como en el rubro artículos de aseo personal e higiene. En valores absolutos, esa merma alcanza al 12% respecto del año pasado.

La industria, en tanto, continúa sin despegar. En febrero, los 12 rubros que componen el EMI -elaborado por el INDEC- acusaron bajas, con la producción de vehículos a la cabeza.

También viene en descenso la construcción en el sector privado, en contraposición a lo que ocurre con la inversión estatal. El índice oficial cayó 3,4% en febrero.

Y, como para que aquellos que convocan al paro sientan que su postura recibió un espaldarazo, el ministro Aranguren acaba de anunciar un nuevotarifazo” para el gas.

Por lo pronto, la “guerra de relatos se intensifica. Y no sólo en el ámbito político. En bares, oficinas, reuniones familiares y de amigos los argumentos a favor y en contra del actual modelo económico están a la orden del día.

Acaso la marcha de este sábado y los diferentes cánticos han sido una muy clara demostración de cómo “la grieta“, lejos de cerrarse, se ha ido acrecentando en el plano social.

 

Fuente: iProfesional.com


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